Los sectores más bajos de Babahoyo y otros cantones fluminenses, sufren el rigor de la presente temporada invernal que se está desarrollando con torrenciales aguaceros y crecientes leves de las aguas de los ríos y sus afluentes.
En la sabana ubicada al sur, también las lluvias provocaron que miles de metros cúbicos queden represados, lo que obliga a muchos habitantes a trasladarse en canoa, y, a vivir los estragos de la proliferación de mosquitos y el peligro de las culebras venenosas que buscan refugio en las viviendas.
Moradores de las casas balsas manifestaron que las torrenciales lluvias les afectan debido a que sus viviendas son de materiales poco resistentes; caña, madera, balsa, bijao y zinc.
“Cuando llueve con mucha fuerza y viento nuestras frágiles casas se mueven peligrosamente y tenemos que ponernos en guardia para salvaguardar la integridad nuestra y de nuestros hijos más pequeños”, dijo una madre que habita en una de estas casas.
También los sectores mayormente afectados por la crudeza invernal son Vinces y Catarama. En lo que concierne a la Capital Fluminense, los estragos ya no se notan en la parte central debido a que están funcionando en buena forma las obras de protección de inundaciones.
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