lunes, 5 de octubre de 2009

Asi se descubrió al capitán que traficaba con droga


Un año atrás ya se sabía que un militar lideraba un grupo vinculado al narcotráfico.La información la habían filtrado varios detenidos en los interrogatorios que habían realizado los agentes de la Unidad de Lucha contra el Crimen Organizado (ULCO), entonces UIES.Por eso, la decisión fue seguirlo y confirmar las sospechas.El oficial del Ejército, según la Policía, para esa época estaba en servicio activo en provincias como Loja, Machala, Sucumbíos. Y algo más particular: estaba asignado a una unidad de Inteligencia. Pero, a la par, era el encargado de brindar la seguridad del transporte de droga desde la frontera norte hasta bodegas de almacenaje en ciudades como Quito, Durán, San Lorenzo, entre otras, en una organización con vínculos delictivos en varios países (México, España, EE.UU.).Telmo C. era una parte en la estructura de esta agrupación. Como explicó el policía que dirigió desde un principio las investigaciones, una vez que se introducía la droga, desde Colombia, había quienes se encargaban de almacenarla y distribuirla.Entonces entraba en juego el militar, quien era el encargado de transportar la droga hasta las bodegas donde otras personas se encargarían de sacarla del país, por aire o por mar, sobre todo, con destino a Estados Unidos.Por su condición de militar no levantaba mayores sospechas y tenía a su alcance los mecanismos para hacerlo: camiones que simulaban pertenecer al Ejército, sobre todo por los distintivos adhesivos; uniformes militares, entre otros.Y por transportar un cargamento de entre 450 a 600 kilos de clorhidrato de cocaína, Telmo C. podía recibir unos USD 30 000. El año de seguimiento llegó a su fin el 2 de octubre, cuando policías de Antinarcóticos en Sucumbíos detuvieron un camión en el que se camuflaban 492 paquetes con más de media tonelada de clorhidrato de cocaína (557 kilos). El conductor y el ayudante (quien se fugó), tenían uniformes militares. Ese mismo día fue detenido Telmo C. y con él, la olla de grillos fue destapada.

Los cabos sueltosEste camión, que tenía distintivos del Ejército, era resguardado por un automóvil rojo. El mismo 2 de octubre, en la tarde, fue detenida Andrea P., la propietaria de este vehículo, quien según la Policía pretendía viajar a Nueva Loja con USD 13 113; 100 euros y 171 000 pesos colombianos. Ella no supo justificar la procedencia del dinero en efectivo que llevaba.Con ella fue también apresado Roberto Q., quien se desempeñaba como agente de seguridad del capitán.

El destino del camión era el norte de Quito. Por eso fue que el 3 de octubre, con la orden de allanamiento pertinente, en la casa 68-46 del pasaje E9 y Los Arupos se decomisaron 2 915,64 gramos de clorhidrato de cocaína (casi tres toneladas en peso bruto).Allí fue detenido Jhon G., quien al ver a los uniformados intentó disparar, pero fue desarmado en el acto.El jefe del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), Lenin Bolaños, indicó que este fue el único incidente de peligro que se tuvo durante este operativo, que la Policía denominó Aniversario.

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